La cuestión es así: en 1935 Santiago “Pichin” ” Policastro inventó un trago bajo el nombre de Clarito, una suerte de Dry Martini que por esa época y décadas siguientes pegó muy fuerte en la bohemia y jet set argentino. Ahora, de la mano de Federico Cuco y muchos otros bartenders se está promoviendo que este trago recupere su brillo. Para eso, durante todo el mes de septiembre (y primeros días de octubre) varios bares lo tienen en pizarra.
El Clarito actual (que a lo largo del tiempo fue modernizándose un poco) es un trago seco, que contiene nueve partes de gin y una de vermú seco. Se lo perfuma con piel de limón y se sirve en copa cocktail previamente enfriada (la versión original sumaba por ejemplo un labeado de la copa con azúcar).
Decenas de bartenders locales y extranjeros se sumaron a esta campaña (e incluyendo a no bartenders, como el comic del ilustrador Ilustrador David Jack que aparece en esta nota), visten los pins de “salvemos al Clarito”, y lo ofrecen en su carta del día. Tomar en esta semana un Clarito no sólo será entonces un placer, sino casi un mandato nacional. La consigna sería entonces, sé patriota: tomá un Clarito.
De yapa, el Decálogo del barman, obra de Pichin, obtenido del blog de Cuco
I. El barman es un artista y la coctelería un arte que se nutre de espíritu, sabor, aroma color, genio y fantasía.
II. La misión del barman es alegrar, no embriagar.
III. Haz del cliente un amigo y no del amigo un cliente.
IV. No ofrezcas nunca una copa sin una sonrisa.
V. Habla lo necesario, no escuches lo ajeno y olvida las confidencias del cliente, procurando que el trato sea siempre el mismo.
VI. Sé el más limpio, el más elegante, el más cordial, el más fino, en todo momento y en todo lugar.
VII. No hagas trampas con las bebidas ni juegues con la confianza de tus clientes: sírveles siempre lo mejor. No des al cliente lo que no quieras para ti.
VIII. Experimenta sin cesar, pero no a costa del cliente.
IX. Huye de las “fórmulas matemáticas” en tus cócteles; la fantasía es en ellos un ingrediente esencial.
X. Siente el orgullo de ser barman, pero merécelo.
El Clarito actual (que a lo largo del tiempo fue modernizándose un poco) es un trago seco, que contiene nueve partes de gin y una de vermú seco. Se lo perfuma con piel de limón y se sirve en copa cocktail previamente enfriada (la versión original sumaba por ejemplo un labeado de la copa con azúcar).
Decenas de bartenders locales y extranjeros se sumaron a esta campaña (e incluyendo a no bartenders, como el comic del ilustrador Ilustrador David Jack que aparece en esta nota), visten los pins de “salvemos al Clarito”, y lo ofrecen en su carta del día. Tomar en esta semana un Clarito no sólo será entonces un placer, sino casi un mandato nacional. La consigna sería entonces, sé patriota: tomá un Clarito.
De yapa, el Decálogo del barman, obra de Pichin, obtenido del blog de Cuco
I. El barman es un artista y la coctelería un arte que se nutre de espíritu, sabor, aroma color, genio y fantasía.
II. La misión del barman es alegrar, no embriagar.
III. Haz del cliente un amigo y no del amigo un cliente.
IV. No ofrezcas nunca una copa sin una sonrisa.
V. Habla lo necesario, no escuches lo ajeno y olvida las confidencias del cliente, procurando que el trato sea siempre el mismo.
VI. Sé el más limpio, el más elegante, el más cordial, el más fino, en todo momento y en todo lugar.
VII. No hagas trampas con las bebidas ni juegues con la confianza de tus clientes: sírveles siempre lo mejor. No des al cliente lo que no quieras para ti.
VIII. Experimenta sin cesar, pero no a costa del cliente.
IX. Huye de las “fórmulas matemáticas” en tus cócteles; la fantasía es en ellos un ingrediente esencial.
X. Siente el orgullo de ser barman, pero merécelo.
FUENTE: GLAM OUT
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